Después de difundir tu perfil para encontrar empleo, un día llega la recompensa y contactan contigo para concertar una entrevista. Este encuentro te da la oportunidad de promocionar tu candidatura en persona. Hay errores que no debes cometer en la entrevista de trabajo.
Si han seleccionado tu currículum para hacerte una entrevista es que tu candidatura encaja en el puesto. Saberlo es un dato importante, pues un porcentaje elevado de las posibilidades de que te seleccionen reside en cuestiones que tienen más que ver con cómo eres tú como persona que con cómo eres como profesional. Esto último ya ha quedado demostrado en el CV, si no has mentido (comprobar la veracidad de tu perfil es el otro objetivo de la entrevista).
Ten en cuenta que una gran parte de los errores que se cometen en una entrevista se deben a cuestiones que perjudican tu imagen personal. Después están los que afectan a tu perfil profesional. Veámoslos a continuación:
Errores que dañan tu imagen personal
Llegar tarde
Está entre los errores más odiados por los seleccionadores. Por un lado, estás mostrando falta de previsión y de enfoque, no has sido capaz siquiera de conseguir llegar puntual. Quedará en entredicho tu capacidad para conseguir objetivos. Por otro lado, se considera una falta de respeto hacia las personas con las que has quedado, hacia su tiempo. Llegar tarde a una entrevista puede desterrar tu candidatura al cajón de los olvidados. Es sencillo redimirse: piensa que has quedado media hora antes. Si llegas demasiado pronto, aprovecha para tomar un respiro antes de entrar, en una cafetería o en un banco cercano al lugar.
Preguntar por el sueldo
Todavía no sabes si te han seleccionado, así que no tiene sentido preguntar por el sueldo. Quizá pienses que, si no te interesa, preguntarlo puede ayudarte a descartar o no esa opción. Sin embargo, a los seleccionadores no les importa este dato, no es necesario que lo manifiestes. Lo suelen encontrar fuera de lugar. Has decidido acudir a la entrevista, es decir, tienes un cierto interés en el puesto. Así pues, conviene que muestres con tu actitud que estás deseando entrar. Cuando te seleccionen, antes de firmar contrato, será el momento para hablar del salario y decidir si aceptas o no el puesto.
No guardar las formas
Este error está relacionado con cuestiones que deberías tener ya interiorizadas; si no es así, préstales especial atención. Saluda al entrar y no te olvides de despedirte. No interrumpas cuando te hablen, ten paciencia a la hora de intervenir. Por último, trata de no parecer desafiante o pasota. Este tipo de actitudes se desprenden de tu lenguaje corporal, es decir, cuida las posturas que adoptas y tu forma de moverte.
Descalificar a tu anterior empresa
Puede que tú tengas motivos más que suficientes para hacerlo, pero una entrevista cuenta con un tiempo limitado y no conseguirás exponerlos adecuadamente. Sin la justificación necesaria, una descalificación automáticamente te descalifica a ti en primer lugar, pues los seleccionadores desconocen las circunstancias. Esta situación genera desconfianza hacia la persona entrevistada. Si te preguntan por tu anterior empresa, refiérete siempre a cuestiones profesionales y no entres en valoraciones personales.
No ir con la ropa adecuada
Si no cometes ningún otro error, si has causado una buena impresión como persona y tu CV te respalda, quizá este sea el error menos importante. Sin embargo, ¿por qué cometerlo? Es muy sencillo acertar con la ropa adecuada. Suele bastar con seguir un par de máximas: no destaques por tu aspecto, es decir, que sea muy neutro, y adáptate al lugar.
Tu perfil profesional baja puntos si cometes estos dos errores
No prepararte el encuentro
Este es un error que puedes prevenir fácilmente si lees nuestros consejos sobre cómo preparar una entrevista de trabajo. Hay que dedicarle un tiempo para no descuidar detalles, investigar sobre la empresa y ponerte al día sobre lo más destacado de tu sector. Si tienes oportunidad, ensaya con alguien de tu familia o alguna de tus amistades. Elige para ello a una persona que se caracterice por su objetividad y que no te baje la moral.
Mentir en algún punto de tu perfil
Por lo general, mentir en una entrevista de trabajo no compensa. La mayoría de las veces, tu cuerpo te delata mediante el lenguaje no verbal. Quizá los seleccionadores no se den cuenta exactamente de la mentira, pero es muy probable que, de manera inconsciente o consciente, capten que algo no les cuadra. Una mala sensación puede ser motivo de descarte. Tanto más si ahondan un poco y consiguen pillarte. Sin embargo, si tratas de darle la vuelta a aquello que te avergüenza admitir, es muy posible que consigas convertirlo en una fortaleza.