Si estás buscando empleo activamente, el upskilling puede ser una herramienta muy útil para conseguir tus objetivos laborales. Las empresas buscan profesionales que puedan adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías, metodologías y retos. Aquí es donde entran en juego el upskilling y el reskilling, dos estrategias formativas que pueden marcar la diferencia en tu empleabilidad.
En este artículo aprenderás qué es el upskilling y el reskilling, su diferencia clave, ejemplos prácticos y cómo identificar el plan de formación que mejor se adapte a tus objetivos profesionales.
¿Qué es el upskilling y el reskilling?
Ambos términos forman parte del lenguaje actual de la gestión del talento y el desarrollo profesional. Aunque a veces se usan como sinónimos, en realidad hacen referencia a procesos distintos.
- Upskilling: es el proceso de adquirir o perfeccionar habilidades dentro del mismo sector o puesto en el que ya trabajas. Su objetivo es mantenerte competitivo y actualizado frente a las tendencias y demandas del mercado.
Ejemplo: Un profesional del sector IT que aprende a utilizar inteligencia artificial y técnicas de ciberseguridad para optimizar la protección y eficiencia de los sistemas, incluso si su función principal está en otra rama tecnológica. - Reskilling: es la capacitación para desempeñarse en un sector o puesto diferente al actual. Supone un reciclaje profesional para acceder a nuevas oportunidades laborales, especialmente, cuando el sector al que se pretende acceder requiere de hards skills muy concretas.
Ejemplo: Un administrativo que se forma en programación para dar el salto al sector tecnológico.
Diferencias entre reskilling y upskilling
La diferencia entre reskilling y upskilling radica en el propósito de la formación:
- El reskilling prepara para cambiar de sector o función.
- El upskilling optimiza y amplía tus competencias en el mismo campo profesional.
Ambos comparten el objetivo de mejorar la empleabilidad y aumentar las oportunidades de desarrollo, pero el camino y la meta final son distintos.
Ejemplos de upskilling aplicados a distintos sectores
Aunque el upskilling es necesario en todas las profesiones, algunos ejemplos destacan por su relevancia:
- Tecnología (IT): formación en ciberseguridad, inteligencia artificial o gestión de datos.
- Marketing digital: especialización en SEO, SEM, analítica web y automatización de marketing.
- Diseño gráfico: dominio de nuevas herramientas de diseño 3D y UX/UI.
- Atención al cliente: formación en experiencia de usuario y gestión omnicanal.
- Liderazgo: desarrollo de habilidades de gestión de equipos y metodologías ágiles.
Estos ejemplos muestran que el upskilling no solo incrementa tus competencias, sino que también puede abrirte nuevas vías de crecimiento dentro de tu sector.
Cómo identificar el plan de upskilling ideal para ti
Elegir la formación adecuada puede ser abrumador si no tienes un plan. Aquí tienes un método práctico para decidir:
- 1. Evalúa tus puntos fuertes y débiles: Haz un análisis honesto de tus habilidades actuales y compáralas con las que demanda tu sector.
- 2. Investiga tendencias e innovaciones: Consulta estudios sectoriales, informes y entrevistas con expertos para anticipar las competencias que se valorarán más en el futuro.
- 3. Analiza ofertas de empleo: Las descripciones de puestos en tu sector son una fuente directa para identificar las habilidades más demandadas.
- 4. Inspírate en profesionales referentes: Revisa perfiles de personas que ocupen roles a los que aspiras y analiza sus competencias clave.
Upskilling y reskilling: un camino hacia la empleabilidad sostenible
En un entorno donde la transformación digital y la globalización aceleran el cambio, invertir en upskilling y reskilling es una estrategia para mantener tu relevancia profesional a largo plazo. No solo te permite adaptarte, sino también anticiparte a las necesidades del mercado.
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